lunes, 7 de noviembre de 2016

TRATAMIENTO CON ACUPUNTURA CHINA EN EL CÁNCER DE MAMA



Este fin de semana ha tenido lugar el 7º Congreso médico Internacional de Acupuntura de Barcelona, ACUPUNTURA I ONCOLOGÍA: tratamiento de los síntomas secundarios al tratamiento oncológico.


Quiero compartir el póster que presentamos el grupo de estudio de Acupuntura China y Cáncer.





jueves, 7 de enero de 2016

¿VIVES EN ESTADO DE SUPERVIVENCIA?

Cada día es más frecuente en nuestro mundo occidental el alto índice de enfermedades de difícil diagnóstico, la mayor incidencia de intolerancias alimentarias, de cáncer, de enfermedades degenerativas, infertilidad, y un largo etc.


Déjame que te haga una pequeña introducción …


Desde que Watson y Francis Crick descubrieran el ADN en 1970 se ha creído que los genes determinaban nuestro destino, que éste estaba ligado a nuestra herencia, nuestra salud, nuestra personalidad. Todo parecía ligado a nuestros genes y a pesar de que surgían evidencias contradictorias, no fue hasta que se descubrió el genoma humano que empezaron a plantearse dudas de si esta teoría era del todo cierta. No era posible que los 23688 genes que tenemos pudieran crear y mantener nuestro organismo, entonces ¿de dónde viene toda la información necesaria para crear todas  las proteínas? La respuesta está en el encendido y apagado de nuestros genes que a través de una cooperación sistémica producirán combinaciones para que puedan producirse las distintas  proteínas de las que dependemos para vivir. Así es lógico que los genes puedan activarse (encenderse) o desactivarse (apagarse) debido al entorno exterior de las células, considerando por un lado el entorno dentro del cuerpo (estado emocional del ser, biológico, energético, neurológico, mental, ..) o por el otro el entorno exterior (alimentos, traumas, alcohol, drogas, químicos, contaminantes, virus, bacterias,…).

Así pasamos de una estructura que parecía determinista a una inmensidad de posibles combinaciones y posibilidades. De ahí el valor de la epigenética (“por encima de los genes”). Así pues la epigenética nos muestra que nuestro destino no sólo depende de nuestros genes y que un cambio en la conciencia humana puede producir cambios físicos, tanto a nivel de estructura como de funcionamiento. Aparece pues, la posibilidad de cambiar nuestro destino genético activando los genes que nos favorecen y desactivando los que no queremos, trabajando con los factores del entorno que los programa.

                    ¿No es fantástico y emocionante?

Esto nos plantea lo siguiente, ¿qué ocurriría si nada cambiara en nuestro exterior? ¿si tuviéramos siempre las mismas experiencias que nos llevarían a tener las mismas emociones que llevarían la misma información a los genes? Eso, nos llevaría siempre al mismo destino genético. Todas nuestras creencias, nuestras percepciones y nuestra forma de actuar con el entorno exterior afecta a nuestro entorno interno que no deja de ser el entorno exterior de nuestras células. Desde este punto de vista ¿podríamos ver a nuestros genes como una gran oportunidad de potenciales?

Esto nos lleva a valorar en nuestra sociedad moderna una de las principales causas de cambios epigenéticos, EL ESTRÉS, y esto es debido a que este factor hace que el cuerpo pierda su equilibrio. Podemos contemplar tres formas de estrés, el físico (traumas), el químico (toxinas) y el emocional (miedo, preocupaciones, agobio).
Cualquiera de estas formas de estrés desencadena una cascada de reacciones químicas, hormonales y de neurotransmisores como respuesta. Nuestra mente influye en el cuerpo a través del sistema nervioso autónomo y experimentamos la conexión mente-cuerpo.
 En nuestro mundo moderno, el estrés nos hace vivir en estado de supervivencia. Lo curioso es que el estrés está concebido para ser adaptativo. Todos los organismos de la naturaleza están preparados para afrontar un estrés a corto plazo a fin de disponer de los recursos necesarios delante de situaciones de emergencia. Percibimos una amenaza y se activa la defensa o la huída, se activan todos los mecanismos para que esto pueda suceder, se pone en marcha nuestro sistema nervioso simpático: se acelera el ritmo cardíaco, la tensión arterial, los músculos se tensan, se liberan hormonas como el cortisol, la adrenalina, etc., y así afrontar la situación. Y cuando el peligro desaparece el cuerpo alcanza de nuevo el equilibrio.

En nuestros días ya no tenemos animales salvajes que nos persigan, ni guerreros violentos, ahora nuestro escenario ha cambiado: mientras conduces puedes tener un contratiempo que te asuste, pero luego al darte cuenta que no ha ocurrido nada, el cuerpo vuelve a su estado normal, a no ser que ésta sea una de las múltiples situaciones que te mantienen en estado de supervivencia, ¿qué quiero decir con ello? si eres como la mayoría de personas, probablemente tendrás una serie de incidentes enervantes que te mantendrán en estado de lucha o huída activada, el tráfico, la última pelea con tu pareja, el cobro de la tarjeta de crédito, la hipoteca, el ordenador que se colgó mientras estabas con aquello tan importante, y para postre te miraste al espejo esta mañana y viste una serie de canas y unas cuantas arrugas más porque esa noche no dormiste bien, ¿te resuena alguna de estas situaciones? Pues eso hace que tus hormonas y químicos del estrés estén circulando por tu cuerpo casi a todas horas.

Además tenemos que añadir que entre recordar experiencias estresantes del pasado y prever situaciones estresantes del futuro, la situación no mejora nada.

Bienvenido, ésta es la versión del siglo XXI de vivir en un estado de supervivencia.

Y te preguntarás, ¿Y?, cuando sometemos a nuestro cuerpo a una situación de lucha o huída, se moviliza energía para este fin, ahora bien cuando no recuperamos la homeostasis (debido a que continuamos percibiendo una amenaza), perdemos energía vital. Es decir, si yo utilizo mi energía porque me está persiguiendo contínuamente un león, no puedo utilizarla para otro propósito, ni para el crecimiento, ni para la reparación celular y los proyectos regenerativos a nivel celular y de curación se detienen. Nuestras células dejan de comunicarse entre ellas, se vuelven egoístas, no viven el momento para hacer un mantenimiento habitual y mucho menos para hacer mejoras, debido a que nuestro cuerpo utiliza esa energía para defenderse de esa amenaza. Cada célula se preocupa de ella misma, la comunidad de células dejan de actuar juntas, los sistemas inmunitario y endocrino, entre otros se debilitan a medida que los genes de estas células relacionadas con ellos se desactivan por estímulos que vienen del exterior.

Varios estudios nos muestran qué las instrucciones epigenéticas para la curación se desactivan cuando vivimos en un estado de emergencia. En la naturaleza no existe ningún organismo diseñado para aguantar los efectos del estrés a largo plazo. Por ello es lógico que se asocie a ansiedad, depresión, problemas digestivos, insomnio, hipertensión, cardiopatía, cáncer, alergias, fatiga crónica, infertilidad y un largo etc.


¿Iniciamos una reflexión para cambiar nuestro destino? …

domingo, 28 de septiembre de 2014


ACCIDENTE CEREBROVASCULAR

Los accidentes cerebrovasculares (AVC) forman un grupo heterogéneo de trastornos que involucran la interrupción focal y repentina del flujo sanguíneo que produce o puede producir un déficit neurológico. Los AVC pueden ser de origen isquémico (80%) por obstrucción de una arteria sobre todo como consecuencia de una trombosis o una embolia, o bien hemorrágicos (20%) como resultado de una rotura vascular.

En los países desarrollados sigue siendo la tercera causa de muerte, después de las cardiopatías y las neoplasias.

El cerebro es muy sensible a las interrupciones en el flujo sanguíneo ya que las neuronas no tienen reservas energéticas, es por ello que si no se produce un AVC transitorio (de muy corta duración) las secuelas neurológicas pueden ser permanentes y graves, dependiendo también del territorio cerebral afectado.

Los procesos fisiopatológicos más comunes que contribuyen al AVC son las manifestaciones terminales de la aterosclerosis y la hipertensión, por lo que son susceptibles  a una combinación de métodos de prevención y opciones terapéuticas. Los principales factores de riesgo modificables para el AVC son hipertensión, tabaquismo, diabetes mellitus e hipercolesterolemia. Otros factores de riesgo adicionales incluyen la obesidad,  estenosis carotidea, homocisteinemia, aumentos de Proteina C reactiva, alta ingesta de grasas y sal en los alimentos, falta de frutas y legumbres en la alimentación, terapia hormonal sustitutiva en las mujeres, entre otros.

La prevención y el tratamiento del AVC debería incluir el control pormenorizado de todos los factores de riesgo identificables.

Están surgiendo una serie de  estudios que respaldan el enfoque de la medicina integrativa en la prevención y tratamiento del AVC. Por ello el integrar al tratamiento convencional la nutrición adecuada, complementos alimenticios, vitaminas, tratamientos complementarios, rehabilitación cognitiva y otros aspectos relacionados con el estilo de vida pueden tener un efecto favorable en la prevención y el tratamiento del AVC.

Con la nutrición buscaremos modificaciones en la alimentación para eliminar los alimentos con efectos proinflamatorios (eliminar los ácidos grasos trans), incrementar el aporte de ácidos grasos omega 3, por ejemplo. Aporte de suplementos bien a través de la alimentación o por suplementación nutricional si las concentraciones de homocisteina son elevadas (ácido fólico, vitamina B6 y B12).

 

Así mismo hay diferentes estudios que avalan que la acupuntura ayuda a individuos que han experimentado un AVC, que pudiera tener un efecto neuroprotector además de mostrar una mejora en la función neurológica global, siendo siempre este tratamiento seguro y exento de efectos secundarios.

Dependiendo de las secuelas estaría indicado realizar una rehabilitación cognitiva para aleccionar al cerebro y minimizar así los trastornos ocasionados por la lesión, así como realizar ejercicio aeróbico 30 minutos al día.

lunes, 21 de abril de 2014


FIBROMIALGIA

¿Quién no ha oído hablar de ella?

 ¿Quién no conoce a alguien que la padezca?

 Esta enfermedad es cada vez más frecuente en nuestro entorno y su complejidad hace que abordar a un paciente de estas características nos plantee a nivel de consulta un reto. Tratar a los pacientes con Síndrome de fibromialgia puede ser una experiencia de crecimiento para el médico integrista, pues nos ayuda a aceptar nuestras propias limitaciones para conseguir el alivio del sufrimiento de los pacientes. Así brindamos un apoyo compasivo a nuestro paciente mediante un plan de tratamiento que sobre todo se basa en las ideas y actividad del paciente más que en nuestras prescripciones médicas.

Los criterios diagnósticos para la Fibromialgia son:

Ø  Dolor difuso

Ø  Hipersensibilidad de 11 puntos sobre 18 definidos

Ø  Otros signos y/o síntomas característicos como el sueño no reparador, la fatiga crónica, el síndrome de colon irritable, trastornos de ánimo, …

A día de hoy sigue siendo controvertido el grado en el cual los componentes psicológicos contribuyen a la sensibilidad del dolor y a la expresión de los síntomas. Se ha llegado a relacionar en un porcentaje nada despreciable una elevada frecuencia de estrés postraumático en estos pacientes, por ello la importancia de una historia clínica muy cuidadosa que nos pueda revelar un suceso o período detonante de estrés (un accidente, shock emocional, enfermedad pseudogripal, trabajo excesivo, …). Este impacto de carácter estresor incide sobre personas que parecen tener un temperamento sensible antes de presentar los síntomas, tienen un aumento de sensibilidad al entorno, a los factores medioambientales, tendencias a ser muy cuidadosos tanto a nivel físico como emocional. ¿Pudiera ser una enfermedad social dado que vivimos en una sociedad altamente productiva a expensas del alto cuidado personal externo? Esta forma de ser y de procesar la información les hace susceptibles y vulnerables al estrés (del tipo que sea) provocando una sensibilidad mayor del sistema nervioso central (SNC) al dolor (esto se ha podido observar en estudios de resonancias magnéticas funcionales). Como dice el Dr. John Sarno ¿pudiera ser que un dolor emocional pudiera ser sustituido por un dolor físico?

Se contemplan los factores genéticos y ambientales en la génesis de este síndrome. Al aparecer de forma concomitante con algunas enfermedades autoinmunes también se valora esta línea de investigación y al tener una prevalencia mayor en mujeres nos apunta una posible influencia hormonal, además de haberse observado alteraciones del ciclo de regulación del cortisol y en los sistemas adrenérgico y serotoninérgico.

A partir de estas premisas, ¿cómo abordar un tratamiento en este tipo de pacientes?

Cuando un/a paciente con Síndrome de Fibromialgia se acerca a nuestra consulta nos encontramos a una persona ya desesperada y en muchas ocasiones incomprendida, acuden altamente medicados, lo cual a veces nos hace sospechar además que algunos síntomas que presentan pueden tener su origen en efectos secundarios a los fármacos que consumen. Como ven el reto no es nada fácil.

La historia clínica ha de ser minuciosa, haciendo hincapié  en  los síntomas y su aparición, a la vivencia de los mismos, a la búsqueda del posible detonante estresor, al estilo de vida, tanto familiar, como laboral, los hábitos nutricionales, las modalidades de mejora y agravamiento de los síntomas, rasgos caracteriales y emocionales, …, y un largo etcétera.

El tratamiento convencional suele ser con fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) a pesar de que en un ensayo comparativo en el que se examinó su eficiencia analgésica fue deficiente. Así como antidepresivos tricíclicos sedantes por la noche para obtener un sueño reparador (amitriptilina) y un antidepresivo activador por las mañanas (fluoxetina, sertralina). Otros fármacos utilizados son los anticonvulsivos como la gabapentina y la pregabalina (Lyrica®) y el Tramadol. El problema de estos fármacos es el exceso de sedación que provocan con lo cual hacen más difícil poner en práctica la realización de ejercicio físico, además de los posibles efectos secundarios que producen (de forma aislada y sinérgica entre ellos).

El tratamiento integral tiene que ir dirigido a todos los ámbitos del paciente, para redefinir el objetivo de vida de los mismos, la obtención de bienestar y buscar los roles que estén de acuerdo a los deseos de su corazón.

ü  Ejercicio: es importante mantener la actividad de nuestro cuerpo físico. El ejercicio aeróbico se ha visto que puede resultar beneficioso en su justa medida. Yo recomendaría el Taichi y el Yoga ya que son ejercicios que además resultan relajantes para la mente y siempre adoptar estas sesiones en el ámbito del juego y el placer, no como entrenamiento físico (¿a quién le apetece asignarse más trabajo?, ¿no?).

ü  Técnicas cuerpo- mente: la meditación es altamente recomendable, nos da capacidad para sentirnos más cómodos en el presente y disminuir el temor al dolor futuro; las técnicas de “desacoplamiento” que pueden esquivar los procesos a nivel cognitivo para disminuir o eliminar la conexión del Sistema Nervioso Central entre la neurofisiología de la memoria traumática y las emociones, y la fisiología de los síntomas corporales, como podría ser la EMDR.

ü  Nutrición: Dado que el sistema serotoninérgico está alterado, y los fármacos convencionales buscan incrementar los niveles de serotonina intersinápticos, nos ayudaremos a través de la dieta. Nuestro cuerpo fabrica serotonina a partir de un aminoácido esencial que es el triptófano y necesita una serie de cofactores para sintetizar la serotonina como la vitamina B6 y el hierro. Prestaremos especial atención al chocolate, los huevos, los cereales integrales, sésamo, avena, plátanos, la Hierba de San Juan,…, claro está que no es tan potente como los fármacos pero progresivamente nos permitirá ir reduciendo la medicación convencional. También podemos utilizar antioxidantes, vitaminas, utilizar Vitamina E, C y D, Ácidos grasos Omega3 dada su actividad analgésica y antiinflamatoria.

ü  Homeopatía: analizaremos el terreno y las modalidades de los síntomas para encontrar el/los medicamentos homeopáticos más afines para modular la clínica del paciente, Rhus Toxicodendron si el dolor mejora con el movimiento, Hypericum cuando los dolores son agudos e intolerables, Symphitum si los dolores son vivos, punzantes,…

ü  Acupuntura: nos proporcionará un equilibrio energético, dado que es una enfermedad generalizada, tendremos en cuenta el tratamiento de los factores psíquicos, actuaremos sobre resonadores SHEN, nos permitirá controlar el dolor valorando su etiología (frío-humedad, calor-humedad).

Como vemos es una enfermedad extremadamente compleja, crónica, que debilita y desespera en extremo al paciente y su familia, no he entrado a valorar la exposición a tóxicos (metales pesados, PCBs, …) que dejaré para otro momento, pero no quiero cerrar este artículo sin decir que a pesar de no haber un protocolo para la cura del Síndrome de Fibromialgia, una pequeña minoría de pacientes ha experimentado remisiones completas del cuadro clínico, lo cual arroja luz sobre las estrategias a seguir, les animo a no desesperar, rían, rodéense de personas positivas (han de superar en número a las negativas), hagan listas por las cuales se está agradecido a la vida, bailen, pinten, sean creativos, busquen sentido a sus vidas …

 
ENFERMEDAD DE CROHN


La Enfermedad de Crohn está incluida en el grupo de “Enfermedades Inflamatorias intestinales”. Es un trastorno crónico que puede cursar con brotes, remisiones y recidivas. Este trastorno consiste en la inflamación de cualquier parte del aparato digestivo siendo la más frecuente la zona distal del intestino delgado, el íleon.

Esta inflamación a nivel del tracto digestivo es la que provoca los síntomas de la enfermedad.

La causa de la misma no está completamente definida y se barajan diferentes factores, los hereditarios, los infecciosos, los dietéticos y los tóxicos, entre otros posibles. Se sospecha dada la sintomatología extraintestinal y la respuesta a los corticoides que pueda haber una base inmune en el proceso.

Esta enfermedad se puede presentar a cualquier edad, aunque es frecuente que sea antes de los 40 años de edad. Su incidencia también ha ido aumentando a medida que ha subido el nivel de vida.

Sus principales síntomas suelen ser el dolor abdominal, las diarreas, las manifestaciones perianales, cuadros constitucionales como cansancio, febrícula y disminución de peso, hemorragias, trastornos articulares, problemas hepáticos, dermatológicos, oftálmicos  y un largo etcétera .

Su proceso diagnóstico es a través de analíticas, examen de heces, pruebas radiológicas, ecografías, procedimientos endoscópicos,…

Dada su evolución a brotes es muy importante el control de la enfermedad, que trataremos en este apartado desde el ámbito integral. La terapia debe ser individualizada según los aspectos clínicos y psicosociales de cada enfermo. El tratamiento debe controlar la inflamación, corregir deficiencias alimenticias y mitigar los síntomas como dolor, diarrea o sangrado rectal. Los fármacos convencionales principales para el tratamiento de la enfermedad son la sulfasalazina y los corticosteroides, a veces es necesario el uso de inmunosupresores. En ocasiones y debido a complicaciones se hace necesario el tratamiento quirúrgico. En España desde 2009 se inició un tratamiento pionero para tratar con terapia celular a los afectados por esta enfermedad. La nueva terapia se basa en un trasplante de médula ósea autólogo; esto es, los afectados reciben las células madre procedentes de su médula ósea.

Además es importante revisar la dieta de cada paciente, incluyendo un estudio de intolerancias alimentarias para personalizarla, disminuyendo así posibles causas de inflamación e hiperreactividad inmunológica. Se ha de llevar a cabo una suplementación con vitaminas y minerales que es posible que estén en deficiencia, como las vitaminas A, B, C, D, E y K, folatos, calcio, cobre, manganeso, selenio y zinc.

El uso de probióticos y aceites de pescado permiten reducir los síntomas, los primeros por el componente infeccioso que pudiera existir de la enfermedad y los segundos por sus características antiinflamatorias.

El uso de terapias holísticas como la homeopatía y la acupuntura, que permiten contemplar al paciente conectando su aspecto físico y emocional, junto a su respuesta al medio a través probablemente de su cerebro y sus sistemas nervioso e inmune, nos permite apoyar con muy buenos resultados a este tipo de pacientes controlando su sintomatología para ofrecer una mejor calidad de vida.

No debemos olvidar las terapia cuerpo-mente que permiten controlar el dolor y el estrés, como son el yoga, la meditación, el reiki, …

La sinergia de las medicinas nos ofrece un paso evolutivo en las enfermedades multifactoriales, no dude en consultar con un profesional de la salud antes de iniciar por su cuenta tratamientos no convencionales.

miércoles, 1 de enero de 2014


  CEFALEAS. DOLORES DE CABEZA

 

 

La cefalea es el dolor en cualquier parte de la cabeza, incluido el cuero cabelludo, el rostro (incluida el área orbitotemporal) y el interior de la cabeza. La cefalea es una de las razones más frecuentes de consulta médica de los pacientes.

 

La cefalea puede presentarse como un trastorno primario o ser secundaria a otro trastorno. Los trastornos primarios de cefalea incluyen la migraña, la cefalea en racimos  y la cefalea tensional. La cefalea secundaria tiene muchas causas, tumores, infecciones del sistema nervioso central, causas sistémicas, abuso de fármacos,…. Nos dedicaremos en este texto a las más habituales en consulta, sin menospreciar al resto, dado que si en la exploración al paciente detectamos algún síntoma sugerente de una causa que pudiera estar produciendo la cefalea se efectuarán las acciones pertienentes para el correcto diagnóstico y tratamiento, ya que la cefalea puede ser un síntoma de una enfermedad grave.

Globalmente, las causas más frecuentes de cefalea son

§  Cefalea tensional

§  Migraña

Se calcula que la prevalencia mundial de la cefalea (al menos una vez en el último año) en los adultos es de un 47%. Entre la mitad y las tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años han sufrido una cefalea en el último año, y más del 10% de este grupo ha padecido migraña. La cefalea que se presenta 15 días o más cada mes afecta de un 1,7% a un 4% de la población adulta del mundo. A pesar de las variaciones regionales, las cefaleas son un problema mundial que afecta a personas de todas las edades, razas, niveles de ingresos y zonas geográficas.

CEFALEA TENSIONAL

En gran parte se desconocen los mecanismos subyacentes de este tipo de cefalea, aunque se cree que pueden formar de alguna manera de las migrañas dado que muchas responden a agentes antimigrañosos y a veces se alternan con crisis de migraña.

Los antecedentes y la exploración física a veces nos indican tracción muscular intermitente de tendones sensibles al dolor y de las inserciones de tejido conjuntivo en la cabeza y en el cuello. El dolor suele ser bilateral, no pulsátil y en forma de banda, con puntos detonantes o zonas hipersensibles en la base del cráneo y el cuello, las sienes y la frente. La instauración suele ser lenta, a veces hay ausencia de náuseas y de sensibilidad a los estímulos sensoriales y suelen tener respuestas positivas a los AINEs, lo cual nos indica que predominan las influencias inflamatorias y miofasciales, con contribución moderada secundaria de vasos sanguíneos y nervios.

MIGRAÑA

Las características típicas de la migraña consisten en su inicio rápido del dolor, que suele ser pulsátil (uni o bilateral), puede acompañarse de náuseas y vómitos, fotofobia y sonorofobia. Puede ir o no precedida de aura visual o de otro tipo. Su duración puede ser de seis horas o incluso días.

Existen múltiples factores que podrían resultar desencadenantes como la menstruación, alimentos, estrés, fatiga,…. El evento final que desencadena el dolor de la migraña es la liberación de vasodilatadores inflamatorios por las terminaciones nerviosas periféricas del V par craneal sobre los vasos sanguíneos en el cuero cabelludo y en las meninges.

Parece existir una predisposición genética en la mayoría de pacientes, quizá relacionado con el déficit de DAO (DiAminOxidasa), enzima encargada de metabolizar la histamina de los alimentos una vez ingeridos.

Los pacientes con migraña a menudo padecen una cefalea tensional concomitante.

 

TRATAMIENTO INTEGRAL

Normalmente cuando accede a nosotros un paciente con cefaleas y/o migrañas, viene con esta patología de larga evolución, ha pasado a ser un proceso patológico crónico, y como tal lo trataremos. Suelen seguir en el caso de  la migraña tratamientos farmacológicos preventivos cuyas metas son reducir la frecuencia y la gravedad de las cefaleas y mejorar una mayor reactividad a los fármacos que se utilizan en las crisis y analgésicos. Y pacientes con cefalea tensional suelen utilizar analgésicos, relajantes musculares,…, esto a veces les lleva a padecer cefalea diaria crónica por el empleo excesivo de medicamentos.

Es esencial efectuar una historia clínica de estos pacientes minuciosa, atendiendo a todo tipo de detalles, para así poder identificar y evitar factores ambientales que pudieran ser la causa, determinar las modalidades y variables que pudieran influir en su presentación, ritmos de sueño, estado energético del paciente, valorar el posible déficit de DAO,… además de una exploración física básica.

A partir de ahí se establecerá una estrategia de tratamiento apelando a la corresponsabilidad del paciente para llevarla a cabo.

ü  Estilo de vida: es importante que tanto las comidas como el sueño sean regulares así como realizar ejercicio aeróbico con regularidad. Aportar técnicas que nos faciliten el control del estrés y la tensión muscular (meditación, yoga, Reiki).

ü  Eliminar de la dieta factores desencadenantes y si fuera preciso administrar DAO si se evidencia su déficit, aumentar la ingesta de ácidos omega-3 e incluso valorar la aportación de complementos nutricionales que se han visto efectivos como el magnesio, la riboflavina, el coenzima Q10

ü  Homeopatía: valorar los medicamentos homeopáticos en base a la historia clínica efectuada para un tratamiento de intención etiológica, para el terreno del paciente así como para las crisis. Posteriormente valoraremos una remodelación del tratamiento dependiendo de la respuesta.  Sobre este tratamiento tendremos en cuenta la localización del dolor (frontales, temporales, parietales, orbitales, occipitales, derecha, izquierda) las características del mismo (pulsátil, sordo, pesado), sus modalidades (cuando empeora o mejora), además de otros signos característicos acompañantes (nauseas, necesidad de beber agua fría, estreñimiento, premenstrual,…)

ü  Acupuntura: Según la Medicina china las cefaleas son perturbaciones de la energía. El cerebro recibe la energía más Yang, por lo qué la perturbación de esta energía puede producir dolor en la parte más Yang del cuerpo. Al cerebro van a llegar todos los canales algunos de forma directa como el de la Vesícula Biliar o el de la Vejiga y otros de forma indirecta como el Hígado y Corazón.

Podríamos valorar como perturbaciones de la circulación de la energía, las cefaleas debidas a la alteración del BAZO/ESTÓMAGO, las cefaleas por alteración del HÍGADO7VESÍCULA BILIAR, las cefaleas del canal de la VEJIGA, las del SANJIAO, etc. En base al diagnóstico por medicina china practicaremos el tratamiento puntural

En conclusión , creo que los dolores de cabeza, son extremadamente sensibles al tratamiento por acupuntura. Si se consigue individualizar los órganos o vísceras afectados (Zang /Fu), en un corto período de tiempo se obtienen resultados muy evidentes, que a veces se ven confirmados con alguna sesión de mantenimiento.

La sinergía además, con la homeopatía y el control nutricional adecuado permiten que los pacientes puedan retirar la medicación preventiva y analgésica utilizada.